04/09/2015

Por un programa energético racional

Por Jorge Lapeña

Publicado originalmente en Clarín, el 03/09/2015

La PASO ya fueron; dos candidatos se perfilan en el lote de punta. El peronista ronda el 40%; el no peronista los 32 puntos. Puede haber balotaje; pero puede que no. ¡Argentina adoptó un balotaje trucho en 1994 y esto hoy es una trampa! ¿Nos estaremos pialando con nuestra propia soga.

Votan todos; son la gente; pero ese colectivo permanece deliberadamente desinformado por la ingeniería electoral, y también por la televisión del “prime time”. Los candidatos por comodidad, o vaya saber porqué, han seguido el juego: las plataformas son “genéricos” vacíos de contenido. ¿No hay programa que merezca ser explicado a la gente? Ocurre que la “gente” no gobierna; solo vota y ese es nuestro drama político hoy.

La energía es quizás dentro de la infraestructura el rubro políticamente más sensible: el fantasma más temido es la dieta eléctrica, el colapso energético. 

Los políticos lo saben: sin energía no hay industria; se rompen los lazos sociales básicos; sin energía no hay país. Acá, entonces, más valdría la pena no seguir jugando al avestruz porque es jugar con fuego.

La situación de crisis que deja el Gobierno del kirchnerismo requerirá para su reparación mucho consenso; mucho tiempo y mucha plata; además de mucha muñeca política del próximo presidente de los argentinos. 

Vayamos por partes: primero, en cuanto al tiempo, debemos empezar ya, digamos el 11 de diciembre de 2015; segundo, existen consensos, y ellos están plasmados en la “Declaración de Compromiso sobre política energética” (www.exsecretarios.com.ar) firmada en 2014 por los principales candidatos a la presidencia de la República (Cambiemos, GEN y UNA) que, de acuerdo al resultado de las PASO, representan a la mayoría del electorado argentino. Estos consensos están a su vez apoyados por académicos y por el sector empresario y han sido ratificados en múltiples foros.

Es necesario avanzar un paso más.

Me propongo someter a debate público un programa concreto integrado por diez grandes medidas gubernamentales para el cambio.

1) La política energética nacional tendrá como marco los acuerdos globales para la mitigación del cambio climático. Se inspirará en los lineamientos éticos de la Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco: Transición energética desde un modelo mundial insostenible hacia uno sostenible y eficiente.

2) La política energética nacional será definida por el Estado con la correspondiente aprobación parlamentaria, se promoverá en forma activa la iniciativa privada y los mecanismos de mercado competitivos. 

3) Se rediseñará de la matriz energética argentina: diversificación con énfasis en las energías renovables. Más energía eólica, solar, hidráulica y biocombustibles ambientalmente certificados. Menos proporción de hidrocarburos.

4) El sistema impositivo jugará un rol esencial en la configuración de la nueva matriz, las energías limpias y no contaminantes se financiarán con impuestos a las contaminantes.

5) Erradicación de la corrupción en todas sus formas en la adjudicación de obras energéticas. Esto implica eliminar las causas de la gran corrupción en las obras que se adjudiquen de aquí en más. Auditar las adjudicaciones de las cinco obras energéticas más importantes de los últimos cinco años. Perseguir penalmente a quienes se hayan enriquecido en los últimos años.

6) Redefinir la estrategia petrolera argentina, modificando el enfoque actual centrado exclusivamente en los recursos no convencionales. El nuevo enfoque privilegiará la inversión de riesgo en la exploración convencional sobre todo en el mar y en las cuencas continentales no exploradas; y paralelamente a ello la inversión en no convencional con competitividad real, genuina. Deberá dictarse una nueva ley de hidrocarburos.

7) Nuevo rol para YPF. El Estado argentino hará de YPF una herramienta estratégica, pero su accionar será auditado por el propio Estado nacional a través de la AGN (se debe derogar art 15 de la ley 26.741).
8) Los consumidores argentinos –particulares, agro, industria y transporte- recibirán la nafta y el gasoil a precios competitivos: se eliminarán los actuales subsidios indiscriminados a la corporación petrolera financiados por los consumidores.

9) Gas natural por redes para todas las regiones de Argentina. Incorporar al NEA al consumo de gas natural mediante la construcción del Gasoducto Regional Mesopotámico en dos años (Paso de L. Libres- Posadas; Paso de L. Libres-Corrientes- Resistencia).

10) Saneamiento de la economía energética y eliminación de los subsidios energéticos que no sean socialmente necesarios en 24 meses. Fijación por ley de la Nación de los subsidios que deban ser mantenidos y la duración de los mismos. 

Este programa de cambio nos permitirá recuperar la buena senda del desarrollo energético sostenido, y también contribuirá a objetivos tan importantes como la racionalidad económica, la competitividad y la sostenibilidad energética a largo plazo. 

Etiquetado con:

Publicado en: Actualidad, Opinión
Tratado de Regulación de la Energía
La energía en tiempos de Alfonsín, el nuevo libro de Jorge Lapeña
Consensos energéticos 2015 – La política para salir de la crisis energética
Energía – Economía y Políticas
Próximos eventos
<< Mar 2022 >>
LMMJVSD
28 1 2 3 4 5 6
7 8 9 10 11 12 13
14 15 16 17 18 19 20
21 22 23 24 25 26 27
28 29 30 31 1 2 3
Videos destacados