31/10/2014

Discurso del Ing. Jorge Lapeña en el Cóctel de la Energía 2014

Por Jorge Lapeña

Publicado originalmente en Sitio Web del IAE, el 28/10/2014

Pasado mañana, 30 de octubre se cumplen 31 años de un día histórico en la Argentina moderna. Ese día el pueblo votó con entusiasmo, sin miedo, con grandes esperanzas y eligió para regir los destinos de la Patria a un ciudadano ejemplar: Raúl Alfonsín.

Ese día el Pueblo confirió un mandato explícito: dejar atrás un pasado de golpes militares, e inaugurar un período de larga vida republicana y democrática. La República – Democrática perdura. En diciembre comenzará a vivir su año número 32.

Bueno es recordarlo: nuestra República tiene por primera vez un período tan largo de Democracia desde que esta se inaugurara por primera como tal en 1916, con la asunción a la primera magistratura del presidente Hipólito Yrigoyen, dejando atrás a la república Oligárquica.

Cuando nos volvamos a reunir, dentro de un año, si todo es como debe ser, habrá ya otro presidente electo de los argentinos, aprestándose a formar gobierno y a continuar con  el derrotero que inauguró –por mandato del pueblo argentino- Raúl Alfonsín en 1983.

Cabe hacer en este punto una interpelación a nuestro interior profundo: ¿estamos satisfechos con lo logrado hasta hoy en nuestro país en estos 31 años? Naturalmente la respuesta será ambigua: sí y no al mismo tiempo. Hemos dejado atrás las dictaduras, las aventuras militares y también los crímenes políticos que tiñeron de sangre varias décadas antes de 1983 especialmente en toda la década del 70.

Sin embargo todavía  nuestro país no logra ser una República Democrática de primera categoría. Será necesario hacer cambios de raíz en algunas malas prácticas  para desterrar  males endémicos de la política argentina: empezando por la mentira y siguiendo por la demagogia, el populismo, el clientelismo, la confusión entre Estado y gobierno; el uso de los recursos del Estado en beneficio propio, y finalmente la corruptela y la gran corrupción. Tengo la convicción de que Argentina retrocede en vez de mejorar y que ello es posible porque la reelección indefinida perpetua en el poder, con enorme ventaja para quienes detentan el poder en forma continuada.

El próximo gobierno debe ser un gobierno de mayor diálogo y mayor concertación alrededor de las grandes políticas públicas sobre los problemas que preocupan a los ciudadanos del país. Menos ideología y más eficiencia. Más trasparencia y menos corrupción y discrecionalidad. Sería realmente importante un periodo donde el ejecutivo no tuviera mayorías automáticas en ninguna cámara; y tan importante como ello donde la oposición no se deleite ni sueñe con la caída antes de tiempo de ningún gobierno democrático elegido por el pueblo.

El diagnóstico de los males del sector energético es un clásico de este evento que año a año repetimos y Uds. escuchan con paciencia, y resignación. Lamentablemente todas nuestras afirmaciones se han ido cumpliendo rigurosamente y hoy una vez más afirmamos que la crisis energética es estructural y profunda, y tiende a agravarse con el paso del tiempo. El gobierno, gran responsable y actor equivocado, ya no tiene tiempo de arreglar las cosas.

En la Argentina, país donde siempre hay otra idea, es difícil acordar. En este sentido quiero destacar la gran tarea realizada por el grupo de ex secretarios de energía de la democracia que ha demostrado a través de un trabajo continuo y fraterno que también es posible hacer política sin plata, sin medios y con gran honestidad. Nuestro diagnóstico colectivo superó al del Gobierno en forma definitiva. Quiero poner de manifiesto el gran apoyo que este grupo colectivo recibe del Instituto Mosconi en diversas formas.

Pasará a la historia como el gobierno que estuvo 12 años en caída productiva de petróleo y de gas; como el gobierno que disminuyo el aporte de la energía hidroeléctrica del 60% al 30%; el gobierno bajo el cual la argentina perdió la condición de país autoabastecido; que fundió a las empresas prestadoras de servicios públicos y que llevo los subsidios hasta valores cuya financiación ponen en jaque a toda la economía argentina.

Cabe hacerse la pregunta sobre si todo lo que hizo el gobierno está mal; la respuesta es no, pero con lo que hizo basta para hipotecar buena parte de nuestro futuro.

Creo que es fundamental entender un concepto político clave para esta época el gobierno actual dejara al finalizar su mandato un pasivo energético muy pesado para la economía argentina. Este pasivo requiere que la dirigencia política acuerde la forma de encararlo para resolverlo en forma adecuada. Esto requiere que quien sea el futuro presidente lo priorice en su agenda. Pero también constituye en un escenario político fragmentado la posibilidad de hacer acuerdos políticos programáticos que aseguren un enfoque común y colaborativo de las fuerzas políticas en este tema. Creo que los compromisos energéticos firmados por los principales candidatos presidenciales en lo que va del año constituyen una formidable plataforma para forjar esos acuerdos

No quisiera terminar estas palabras sin referirme a dos hechos sustantivos que tendrán lugar el día de mañana en el Parlamento argentino. El primero de ellos es la sanción de la ley de Presupuesto en el Senado de la Nación; un presupuesto irreal con inversiones y subsidios astronómicos imposibles de financiar. La enseñanza hacia el futuro es que el presupuesto debe ser objeto de un tratamiento más serio  de lo que se realiza en estos años.

El segundo hecho importante, es que también mañana la Cámara de Diputados de la Nación se apresta a sancionar en un trámite exprés sin precedentes una nueva ley de Hidrocarburos, que es un verdadero retroceso y consagrará la continuidad de las concesiones y permisos a los actuales poseedores de las mismas. Lo que constituye una actitud irresponsable y avasallante de las autonomías provinciales y que, de mantenerse en el futuro, bloqueará toda posibilidad de generar mediante  una nueva política una recuperación del autoabastecimiento  energético perdido.  Se hace esto en el marco que nuevamente enfrenta a toda la oposición política con un gobierno que desesperadamente quema sus naves.

Finalmente, agradezco a todos ustedes por su presencia, por su acompañamiento y apoyo en las múltiples tareas que el Instituto desarrolla. A los socios y a los colaboradores del instituto en todos niveles y muy particularmente a quienes colaboraron para que este evento pueda ser posible, nuestro agradecimiento especial.

Muchas gracias.

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Publicado en: Actualidad, Opinión
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