06/02/2015

¿Cuánto nos afecta la caída del «crudo»?

Por Jorge Lapeña

Publicado originalmente en Clarín, el 05/02/2015

La economía mundial está impactada por un hecho trascendente: la baja del precio internacional del crudo. Existe consenso en el sentido de que no se trata de un fenómeno de tipo coyuntural originado en una perturbación momentánea de los flujos petroleros mundiales sino que hay cuestiones de tipo estructural que justifican la baja; también muchos pronostican que será un fenómeno de larga duración. La causa primaria es que el mercado petrolero mundial es hoy un mercado sobre-ofertado; existe un sobrante de producción que impulsa los precios hacia abajo. La producción creciente de EE.UU que proviene de los yacimientos no convencionales, es la que provoca ese excedente de oferta.

Lo clásico hubiera sido que la OPEP hubiera reducido -tal como lo ha hecho en otras oportunidades- su cuota de producción absorbiendo esa sobreoferta y, de esa forma, mantener los precios del crudo. Sin embargo, no ha hecho eso: ha decidido  mantener su producción, y entonces como consecuencia caen los precios. La idea expresada por el Secretario general de la OPEP es los que precios bajos eliminarán a los competidores de altos costos (Shale)  y una vez eliminados será el tiempo, para ellos, de volver a la época de los buenos precios y buenas rentas.

Este fenómeno genera ganadores y perdedores y movimientos, en otros commodities Hay una  caída de las bolsas y particularmente de las acciones de las empresas petroleras de todo el mundo. Otros commodities como la soja, el  maíz y el cobre han también experimentado caídas en sus cotizaciones.

Si estos precios se mantuvieran toda la Energía mundial –no solo el petróleo- tendría que ser replanteada. Muchos proyectos deberían repensados; algunos acelerados y otros postergados. Es probable que una estrategia basada por ejemplo en energía nuclear e hidrocarburos no convencionales deba ceder ante otras tecnologías menos intensivas de capital y más competitivas.

¿Se mantendrán estos precios? No lo podemos asegurar porque el del crudo se trata de un mercado cartelizado sobre el cual nuestras decisiones  no cuentan. ¿Cuánto durará esta guerra de precios? No lo sabemos.

En este contexto el actual gobierno argentino, responsable de la mayor caída productiva de la historia en materia de hidrocarburos; de haber dilapidado el stock de reservas comprobadas que Argentina tenía en el año 2000 y haber perdido el autoabastecimiento energético, además de haber generado un déficit fiscal insostenible, aparece hoy como un boxeador que ha recibido un golpe de KO;  con los ojos en blanco mirando a su rincón en busca de la toalla salvadora. Se les vino el mundo encima, pero  lo cierto es que los agarra mal parados en lo táctico y en lo estratégico; es decir sin plata; sin yacimientos para desarrollar de bajo costo de desarrollo;  y sin buenas ideas.

Recientemente frente a la corporación petrolera integrada por empresas, gobernadores y sindicatos que les reclaman mantener la paz social,  los funcionarios que se alzaron hace poco con el pírrico triunfo de una ley de hidrocarburos fabricada para YPF parecen no entender lo que les pasa y se muestran impotentes. Los rostros parecen decir ¿Que nos está pasando que las acciones de YPF han caído el 47% en los últimos 4 meses?; justo ahora que las ganancias se habían  incrementado en un 133%  en el tercer trimestre de 2014 respecto al año anterior; justo ahora que podemos firmar  cien contratos como el que hicimos con Chevron y que todo será legal. ¿Por qué caen nuestras acciones si mantenemos los precios internos de la nafta y del gasoil en el surtidor?

En este contexto de desorientación interesa sobremanera saber cómo la Argentina de 2016 arreglará el estropicio que deja la actual administración, habida cuenta, que  el energético será el problema de mayor envergadura que tenga que resolver el futuro gobierno so pena de ver complicado todo el funcionamiento macroeconómico en caso de no acertar.

Del lote de punta de candidatos para la presidencia de la Nación el que más me preocupa es Daniel Scioli. Está en una encerrona. Si sigue el discurso oficial K está irremediablemente perdido. Si en cambio innovara en el enfoque, pero sin blanquear en el FPV definitivamente esa innovación,  y  creyera que va a resolver los complejísimos problemas rápidamente – con fe, con entusiasmo y con una gorrita naranja-  también estará perdido.

El resto de los candidatos también preocupa, pero en un grado menor. Me consta que Mauricio Macri; Julio Cobos; Sergio Massa; Hermes Binner; Ernesto Sanz y Margarita Stolbizer entienden el problema energético y saben bien de su prioridad y dificultad. Han firmado compromisos programáticos entre ellos y esto es  auspicioso.

Sin embargo, el tipo de organización de las campañas y la forma de la competencia política de Argentina, que prescinde de lo programático y de lo partidario, y  tiende a concentrar los esfuerzos casi exclusivamente en lo mediático, me hace pensar que estamos  perdiendo un tiempo precioso para la elaboración de los programas concretos para superar esta situación crítica. Creo que en esto debería existir un programa común o por lo menos un “programa con comunes denominadores”. No es tan difícil pero habría que empezar ya, porque será necesario reunir innumerables consensos sociales y políticos para resolver el problema.

Jorge Lapeña es ingeniero, fue secretario de Energía de la Nación.

Etiquetado con:

Publicado en: Actualidad, Opinión
Tratado de Regulación de la Energía
La energía en tiempos de Alfonsín, el nuevo libro de Jorge Lapeña
Consensos energéticos 2015 – La política para salir de la crisis energética
Energía – Economía y Políticas
Próximos eventos
<< Jul 2021 >>
LMMJVSD
28 29 30 1 2 3 4
5 6 7 8 9 10 11
12 13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24 25
26 27 28 29 30 31 1
Videos destacados