04/02/2015

Cristina en China

Por Jorge Lapeña

Publicado originalmente en 7 Miradas, el 05/02/2015

En nuestro país cada día el clima político está más enrarecido. El Gobierno lleva adelante hechos impropios de la mano de sus principales referentes. Impropios de la ética republicana; reñidos con la razón; reñidos con la buena educación; y además  ordinarios y la baratos. Las cartas por Facebook y las dos cadenas nacionales revelan que algo no funciona en palacio. Lo preocupante es que lo parece no funcionar es el vértice mismo de poder y sus muy inmediatos alrededores. La muerte de Nisman vino a poner esta cuestión en blanco sobre negro. Hay poco para agregar en esto.

Hay tres hechos graves que se concatenan con aquello: el Jefe de Gabinete rompiendo las hojas del Diario Clarín en su conferencia de prensa; la omisión del candidato Carles de su condición de empleado del Servicio de Mantenimiento del Senado en su CV, siendo que fue propuesto por el Poder Ejecutivo para cubrir el cargo de juez de CSJ de la Nación; la reforma de la SIDE mediante un proyecto exprés que será tratado antes de fin de febrero. 

Mientras tanto Cristina – que finaliza su gobierno en pocos meses- está en China en visita de Estado y se apresta a firmar convenios  que en el mejor de los casos generan grandes incógnitas. La ambigüedad y el secreto es lo que ha dominado esta misión. Es realmente raro que la condición de transitoriedad de la actual gestión no haya sido compensada con consultas e informaciones con los partidos que con mayores probabilidades sucederán a la actual presidenta.

En esto se está procediendo con un autoritarismo y un desdén con que ni siquiera procedieron los militares en el último tramo de la Dictadura en 1983, cuando aún no habían sido elegidas las nuevas autoridades y sin embargo  mantenían  informados a los principales candidatos sobre adjudicaciones de obras y hechos que condicionarían al próximo gobierno. Este por ejemplo fue el temperamento que tomó la Dictadura cuando convocó a los principales referentes del PJ y la UCR para informarles que de “no mediar objeciones de los partidos” se adjudicaría Yaciretá al Consorcio ERIDAY. Conste que en esa época Raúl Alfonsín ya había anticipado y cumplió que no reconocería la auto amnistía militar, lo que implicaba la cárcel para los jerarcas del régimen.

Cuento esta anécdota para poner de resalto no la racionalidad militar; sino la irracionalidad del actual gobierno al no acordar: a) el Plan de Obras hidroeléctricas a ejecutar con China; b) el Plan Nuclear –incluida la tecnología- que se lanzará presumiblemente a partir de estos acuerdos; c) las inversiones en bases chinas en la Provincia de Neuquén; d) la participación China en las explotaciones petroleras conjuntas con la empresa mixta YPF; etc.

De todo lo dicho y trascendido hasta ahora me interesa destacar que el Ministro de Planificación Federal e Infraestructura y el Presidente de YPF han estado muy activos en los últimos días. El Diario La Nación da cuenta que la empresa SINOPEC y YPF firmaron un acuerdo un convenio para invertir en conjunto en yacimientos de Neuquén y Santa Cruz. Es realmente muy poco serio que se firmen estos acuerdos sin que se haya transmitido el contenido de los mismos. ¿Estaremos firmando un convenio secreto similar al de Chevron pero ahora no ya con una empresa privada; sino con una empresa de un Estado fuerte como el chino? ¿El presidente de YPF, que es quiera o no un funcionario político-  no tiene en cuenta su propia finitud en el cargo?

En el caso del Ministro Julio de Vido llaman la atención las noticias que publica en la propia página web de MINPLAN que transcribo: “El Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio De Vido, firmó esta mañana con su par Nur Bekri, Presidente de la Administración Nacional de Energía y vicepresidente de la China National Nuclear Company (CNNC) un acuerdo en cual ratifican el trabajo conjunto en el proyecto de la cuarta central nuclear en nuestro país”.  Me pregunto quién conoce el estudio de factibilidad sobre esa cuarta central nuclear, instrumento imprescindible para dar aprobación e inicio a una obra de esta naturaleza.

El MINPLAN quede claro goza de muy poca credibilidad; para muestra una perlita: en la página 25 de su estrambótico e irracional Plan Energético Nacional 2004-2019 dice bajo el título cinematográfico “OBRAS A INICIAR PROXIMAMENTE” que el sector público argentino iniciará en período 2014-2019 con fondos públicos 11.549 MW, mayoritariamente compuestos por centrales hidroeléctricas y nucleares sin factibilidad alguna cuyo costo total alcanzará a los 50.000 millones de u$S. Una irrealidad para un gobierno en pocos meses con un Estado quebrado. Una última y final moraleja: firmar convenios de estado a estado en secreto y aprobarlos sin reunir los acuerdos y consensos políticos necesarios puede ser a largo plazo peligroso. Pensemos solamente en los problemas que está teniendo la sociedad argentina en estos a raíz del mal  acuerdo firmadocon Irán por el caso AMIA.

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Publicado en: Actualidad, Opinión
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