Hay que recuperar el autoabastecimiento, pero no cualquiera

Punto de vista: Jorge Lapeña, presidente del IAE Mosconi y ex secretario de Energía

A partir de 2010, Argentina se transformó en energéticamente dependiente. El país había alcanzado la autosuficiencia en 1989 y la mantuvo por más de veinte años. Desde todo punto de vista el hecho con el cual convivimos hasta hoy constituye una desgracia económica mayúscula. Alcanzamos la autosuficiencia por el gas natural, y la perdimos también por el gas natural. El autoabastecimiento energético fue sin dudas un logro mayor de Argentina en el Siglo XX; lamentablemente todavía no comprendido y muy poco estudiado.

Si analizamos la historia energética argentina desde 1907 en que el Estado Nacional descubrió el petróleo en Comodoro Rivadavia podremos observar que no nos resultó una tarea fácil llegar a ese logro mayúsculo: pasaron 82 años y muchos gobiernos de diverso signo, pero hubo hilos políticos conductores que mantuvieron políticas y orientaciones que permitieron alcanzar ese logro.

El Gobierno del matrimonio Kirchner fue el sujeto político, que sin comprender el fenómeno, casi siempre negándolo y actuando a destiempo con el intento desesperadamente de darle una solución al problema una vez que comprendió –sin admitirlo– que la importación energética terminaría descompensando toda la economía argentina y arruinando su proyecto político. 

El “plan maestro 2012-2015” se articuló en cinco pilares: la re estatización de YPF; la explotación subsidiada de Vaca Muerta; la sanción de una pésima ley de hidrocarburos en 2014; un fuerte subsidio de los consumidores a las petroleras (barril criollo); y el denominado Plan Gas, que constituye un subsidio creciente pagado por el Tesoro Nacional para subsidiar la producción gasífera declinante.

No cualquier autoabastecimiento será bueno para Argentina. El único que nos sirve es aquel que se haga a precios competitivos de la energía (no lo son los actuales de los hidrocarburos); y uno que debería ser alcanzado con la matriz energética deseable y no con cualquier matriz energética (o sea, no podrá ser definido solo el mercado).

La situación en abril de 2017 se podría caracterizar como ambigua para arriesgar un pronóstico definitivo respecto cuando podríamos recuperar el autoabastecimiento; y con qué matriz energética eventualmente lo podríamos lograr. Según el Informe de Tendencias del IAE Mosconi del último mes, la producción petrolera sigue bajando como lo viene haciendo desde 1998; lo que implica que el paliativo llamado barril criollo ha fracasado. En cambio, el Plan Gas de subsidios del Tesoro a productoras muestra respuesta productiva positiva. Lamentablemente, nada nuevo en materia de nuevos descubrimientos de yacimientos convencionales.

Dentro del planteo realizado, y dando por cierto la necesidad de implementar un plan de reformas que definan un nuevo “Plan Maestro” inscripto en una Política de Estado verdaderamente consensuada con la fuerzas políticas con representación parlamentaria, creo que sería realista afirmar que Argentina en ocho años podría recuperar el autoabastecimiento energético perdido.

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Publicado en: Opinión, País Energético
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