28/11/2013

Jorge Lapeña

Discurso del Presidente del IAE “General Mosconi”, Ing. Jorge Lapeña, en el Cóctel de la Energía 2013 – 30° Aniversario del IAE

1.- 30° ANIVERSARIO DEL IAE

El IAE “General Mosconi” cumple 30 años de vida institucional. Este es un hito muy importante para nosotros, y lo celebramos con nuestros socios y amigos.

El IAE es una ONG sin fines de lucro, que no responde a ningún fin gremial ni corporativo, ha orientado su actividad al bien común y a la grandeza de nuestra Nación. Financia sus actividades en forma transparente con las cuotas de sus asociados y no tiene dependencia del Estado, ni de otras  instituciones.

En sus inicios, el IAE fue concebido como un ámbito apto para canalizar las ideas y trabajos de profesionales de diversas disciplinas, que ante la apertura democrática de 1983, estaban deseosos de aportar desde la militancia técnico política en la elaboración de propuestas programáticas para la Energía y los Servicios Públicos, haciendo así una  contribución indispensable para concretar una buena gestión de gobierno y  fortalecer la transición democrática. Muchos de nosotros fuimos convocados por el Gobierno de la Democracia naciente, liderada por quien hoy es reconocido sin ambages como el “Padre de la Democracia”. Fue una experiencia extraordinaria, militante,  romántica… ¡irrepetible!

Es momento de recordar y reconocer a nuestros socios fundadores, y emblemáticamente a su primer Presidente, el Ing. Roque Carranza, quien marcó con su liderazgo y ejemplo el lineamiento estratégico, técnico y moral que se ha mantenido sin claudicaciones a lo largo de estos 30 años. Nuestro rol institucional permanente es “La elaboración de políticas públicas en el ámbito de la Energía de los Servicios Públicos y de la Infraestructura, como un aporte a la acción de gobierno en un ambiente plural y de debate democrático”. Todas nuestras actividades institucionales –divulgación técnica, conferencias, cursos y seminarios, producción de información pública- se inscriben dentro de ese objetivo principal y permanente.

2.- LA SITUACIÓN ENERGÉTICA

La situación energética argentina se agravó  a lo largo de 2013.  Hoy el problema energético no es ya un problema de la infraestructura; es un problema de la economía que  no fue debidamente percibido a tiempo por la mayoría de los analistas económicos.

El problema energético no tendrá una solución autónoma sectorial. Deberá, entonces, ser resuelto por la política. La solución no será ni fácil, ni corta, ni poco costosa en términos económicos y políticos. Sin embargo, el problema no forma aún parte de la agenda política argentina. 

Basta con analizar la dinámica de la evolución de algunas variables y animarse a hacer una proyección con horizonte de 3 a 5 años para configurar escenarios realmente preocupantes.

Durante lo que va de 2013, la caída de la producción total país  de gas natural es del  5,99% respecto a 2012; en petróleo, la producción se reduce respecto al año anterior  en un 3,12%.  Se acentúa la tendencia declinante de largo plazo de nuestra producción de hidrocarburos, que se inició en 1998 en petróleo (15 años de caída ininterrumpida) y en 2004 en gas natural (9 años). Las reservas comprobadas de gas natural son la mitad de las que tenía nuestro país en 2001.Hay que tener presente, para la dimensionar gravedad de este problema, que el petróleo y el gas natural constituyen aproximadamente el 86% de la energía primaria de nuestro sistema energético.

La tendencia de la demanda energética total de largo plazo es creciente. Algunos sectores son particularmente dinámicos, entre ellos el gas natural y la electricidad, con  tasas  de crecimiento de largo plazo del 5,3% y  del 4,15 % respectivamente. Durante 2013, la demanda de naftas se incrementó respecto al año anterior en un 8,35 %. Por su parte, la demanda de gasoil para la generación eléctrica, ante la insuficiencia crónica del suministro del gas natural, se incrementa con un ritmo alarmante: 21% anual acumulativo en los últimos cuatro años.

En este contexto, es lógico que se incrementen las importaciones energéticas, cuya proyección para este año indica un valor cercano a los 13.000 millones de US$, un 30% superiores al año anterior. Asociado a dichas importaciones, se prevé un déficit de balanza comercial energética para 2013 cercano a los 7.000  millones de US$, que crece con respecto al año anterior en un valor cercano  al 170 % anual.

El crecimiento de algunas de las variables es realmente preocupante. La pregunta es: ¿las puede soportar la economía?

Enfrentamos un macro problema que tiene tres características: 1)  la necesidad de grandes inversiones para superarlo; 2) la inercia para corregir el problema, derivada del largo período de implementación de las soluciones por buenas que estas sean; 3) el costo político de superar los desajustes que deberá ser afrontado por quien implemente las grandes reformas necesarias.

Los siguientes son las grandes cuestiones a resolver, sobre las que habrá que generar consensos políticos:

a)     Cómo explorar las cuencas sedimentarias aún no exploradas de la Argentina; un objetivo central y estratégico es la exploración de la plataforma continental hasta el talud oceánico.

b)     Definir con qué organización legal,  institucional y empresaria se encarará la puesta en producción en condiciones de alta competencia tecnológica y económica del yacimiento no convencional de Vaca Muerta. Esto incluye abordar un cuestión central: “no al fracking o sí al fracking”; la competitividad de la industria y los modos de explotación.

c)      Abordar el debate de fondo del reparto de la renta petrolera y sus destinos prioritarios.

d)     Cómo ser en los próximos 10 años un importador eficiente de energía; habida cuenta que importamos mal, en forma no planificada y con altos sobrecostos.

e)     Cómo cerrar la brecha importadora con un plan de inversiones privadas y públicas eficiente y realizable.

f)       Cómo implementar un plan de saneamiento tarifario que disminuya los subsidios al mínimo social necesario, que permita el saneamiento empresario y aliente la inversión nueva.

g)     Cómo transformar nuestra matriz energética para hacerla menos dependiente de los hidrocarburos, con un criterio estratégico y realista.

En este contexto hay que decir que celebramos y alentamos que el Gobierno haya arribado a un “principio de acuerdo” sobre el precio y la forma de pago por la expropiación de YPF, que la libere de la carga de ser una empresa en litigio permanente. Celebramos que este problema se resuelva ahora y sobre todo que este problema no se transfiera al próximo gobierno. Celebramos… pero le pedimos al gobierno transparencia total en esta operación.

3. – LOS GRANDES DESAFÍOS FUTUROS: CONSTRUIR UNA MEJOR DEMOCRACIA

Se cumplen 30 años del ciclo democrático más largo de la historia argentina.  Es momento de celebrar, pero también de plantear algunas cuestiones relevantes, no suficientemente debatidas todavía: ¿mejora o empeora nuestra democracia con el paso del tiempo?

Lo primero, es la calidad institucional de la democracia que hemos alcanzado después de 30 años. Hay consenso en que hay una declinación institucional del sistema y ello está en gran parte asociado a la lucha política derivada del deseo de perpetración en el poder de quien lo ejerce circunstancialmente. La idea de que una reelección indefinida es posible y además moralmente aceptable, ha generado la repetición de conductas políticas reñidas con la ética republicana. Es bueno y es sano gobernar y volver al llano.

Observamos con preocupación que hay declinación en el contenido mediático de las campañas electorales; en la demagogia de los candidatos que siguen encuestas en vez de elaborar y formular propuestas; en el bajo nivel de los debates políticos –particularmente los televisados-; y, muy importante, en la declinación de la institucionalidad de los partidos políticos.

Cabría analizar también la eficiencia y la eficacia de las decisiones que ha tomado la democracia en estos años. En esto tenemos algunas acciones netamente positivas, que contrastan con otras negativas; entre las positivas, remarco la firma definitiva de la paz con Chile; los acuerdos cooperativos con Brasil, que dieron origen al Mercosur, la ley de divorcio vincular, la subordinación de las fuerzas armadas al poder civil, el juicio y condena a las juntas militares, responsables de los crímenes de la dictadura y del terrorismo de Estado. Queda claro que hubo en estos 30 años un Nunca Más, que rompió definitivamente con el pasado autoritario y golpista.

Sin embargo, entre las negativas, está el hecho que todavía no se han podido resolver problemas centrales que hacen a la modernización económica y al crecimiento de la productividad y de la inversión genuina. En democracia se tomaron y se continúan tomando decisiones estratégicas equivocadas -con fuerte apoyo popular- y sin debate, que terminaron desnacionalizando gran parte de los sectores básicos de nuestra economía y destruyendo nuestros servicios públicos.

Argentina no pudo tampoco en estos años lograr una infraestructura moderna ni desterrar la corrupción en la obra pública.

Nuestra democracia no logra centrar el debate en las cuestiones de fondo. Los argentinos evitamos pensar en el futuro. Sobran los ejemplos de una inexplicable declinación.

Dicho esto, creo que vale la pena reflexionar acerca de cómo resolver los vicios crónicos del sistema inaugurado en 1983, que no son pocos; sobre todo los que tienden a agravarse. Treinta años no nos permitieron alcanzar todavía una República democrática de calidad. Asumamos que hay que corregir muchos defectos y empezar a trabajar con otro enfoque, como lo hicimos en el primer día de aquel lejano 10 de diciembre del 83.

 

4.- AGRADECER Y CONVOCAR

Estimados amigos, les agradezco mucho su presencia hoy. A nuestros socios, les agradezco el apoyo de sus aportes intelectuales y económicos, sin los cuales no existiríamos. Al periodismo independiente, le agradezco que publique nuestros documentos y nos permita difundir nuestras ideas. Al personal del IAE y demás colaboradores voluntarios, les agradezco el entusiasmo y la identificación con la institución.

A todos, muchas gracias.

 

Publicado en: Actualidad, Opinión, País Energético
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