Costo del déficit energético

Argentina enfrenta un problema objetivo en su sector energético: es un país con producción doméstica declinante en sus principales rubros energéticos; esto es producción de petróleo y de gas natural en baja, lo que se combina con una demanda interna creciente de electricidad; gas natural y combustibles líquidos en todos los rubros. Esto en 2010 provocó por primera vez en 20 años un saldo negativo en el balance comercial del sector. Toda una anomalía en un país que por muchos años se consideró a si mismo una potencia energética, o por lo menos gasífera.

La primera cuestión a analizar es si se trata de un fenómeno pasajero o por el contrario se trata de una seria anomalía estructural; la segunda es saber si estamos bien preparados para enfrentar el problema; la tercera es cuanto nos cuesta; y finalmente la cuarta es saber si el Gobierno maneja razonablemente y honestamente esta delicada materia de alta política.

Sintéticamente trataremos de responder las 4 cuestiones.

1) El problema es estructural y vino para quedarse; las importaciones serán de magnitud creciente. Las tendencias declinantes que hoy salen a la luz son de antigua data: la producción de petróleo cae y hoy producimos un 27% menos que en 1998. En gas natural la producción es un 5 % inferior a la de 2004, con una demanda que en ese producto crece con un ritmo del 5% anual acumulativo. Esto se da en un contexto de caída de las reservas comprobadas y carencia de nuevos descubrimientos.

Una afirmación adicional y preocupante: la inversión de riesgo en hidrocarburos por parte de las petroleras se reduce peligrosamente en los últimos años.

2) Argentina no está bien preparada para enfrentar el problema; no ha sido capaz de generar un proyecto eficaz y eficiente para importar los faltantes: fracasó con el corte de gas a Chile; fracasó con el proyecto de importar gas de Bolivia; con el gasoducto de Venezuela; y con los proyectos de importación de GNL en el mercado Spot. Ni qué hablar de la importación de Fuel Oil ampliamente cuestionada en precio y cantidad. Todo inscripto en una tozudez digna de mejor causa por no reconocer el problema.

3) Argentina paga precios altos: una balanza comercial negativa que no era esperable y precios de importación que superan los precios internos de los combustibles nacionales. Un ejemplo: el gas natural nacional vale en promedio 2,4 u$s por millón de BTU; el gas natural importado cuesta mas del 200% más caro: de este costo no se hace cargo el usuario, se hacer cargo el estado con enormes subsidios.

4) Finalmente, ¿tenemos un gobierno que maneja “razonablemente y honestamente” esta cuestión? Terminantemente no; no es razonable que organismos técnicos especializados que se suponen competentes hayan sido incapaces de generar un proyecto integral y eficiente para resolver el problema de la importación de energía porque no entendieron ni entienden el problema estructural. Y tampoco es honesto que las autoridades energéticas sostengan que “se importa porque se crece” simplemente porque eso no es verdad.

27 de enero de 2011

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Publicado en: Opinión, País Energético
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