A mitad de un año político frustrante

Pasó mayo, y ya transitamos la mitad del año. En 20 días estarán definidos las alianzas y los candidatos. Alea iacta est. Es la Democracia que nos convoca –por un alambicado mecanismo cuyo éxito no está probado – a decidir quiénes  gobernarán la República los próximos cuatro años.

Estamos viviendo el período más largo de Democracia de cuantos vivimos en los 205 años que transcurrieron desde el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. En este sentido se va cumpliendo el objetivo estratégico definido por Raúl Alfonsín al reemplazar a la Dictadura militar el 10 de diciembre de 1983: inaugurar 100 años de democracia para los argentinos, y esto cobra más valor cuando en nuestra región, y en nuestra propia vecindad,  había en ese entonces una mayoría de gobiernos no emanados  de la voluntad popular. Creo que con justicia el pueblo argentino le confirió a RA el simple título de “padre de la Democracia”. No cualquiera hace todo lo que hizo Alfonsín en aquellos años.

Pasaron 32 años y nuestra obligación es reflexionar sobre la evolución de la calidad de nuestro sistema democrático e institucional en estos años. ¿Estamos mejor? Interpretamos bien los argentinos la afirmación de Raúl Alfonsín con respecto a que “con la Democracia se cura, se educa y se come…”. Mi opinión es que todavía  ni la sociedad, ni su dirigencia,  evaluaron esta cuestión.

El tema podría se podría abordar desde una pregunta simple que todos podrían intentar contestar: ¿cree Ud. que si seguimos haciendo las cosas que hemos hecho en los 30 años pasados nuestros hijos y nietos estarán mejor que nosotros en el futuro?  Existen suficientes elementos para pensar que estamos retrocediendo sin remedio en varios planos lo que no nos puede asegurar el éxito.

Me interesa detenerme en el mayo de 2015 que hemos dejado atrás apenas hace unas horas. Señalo cuatro hechos importantes, y masivos,  ocurridos en los últimos 30 días: 1) el programa de Tinelli el 11 de mayo; 2) el acto celebratorio de las fiestas mayas el 25 de mayo; 3) la noticia –repetida- de la desintegración, con huida de los barones del PJ del conurbano bonaerense, desde Frente Renovador hacia el Frente para la Victoria; 4) el ataque a fondo del gobierno sobre el Juez Fayt; y sobre la CSJN.

El programa de Tinelli, de alto rating y divertido, mostró candidatos ávidos de beneficiarse del rating, pero a cambio dejaron la impresión de que por unos minutos en el prime time  se es capaz de decir las más grandes inconsistencias: vaya un ejemplo: Sergio  Massa llegó a decir que es necesario el debate de los candidatos –cosa en la cual estamos de acuerdo- pero agregó: “Marcelo yo creo que el debate habría que hacerlo en este programa”, y esto sí que es una muestra de una grave desorientación de tiempo y lugar del candidato. ¿No había en la República Argentina un lugar más serio y más sensato para proponer?

La presentación de los candidatos en el “bailando” puso a mi criterio sobre el tapete una pregunta civil sin respuesta. Es esta: ¿los candidatos además de estar preocupados por las estrategias de campaña y las encuestas tienen realmente una propuesta real para la Argentina 2015-2019? Adelanto respuesta: nadie –hasta ahora-  recuerda una Conferencia magistral de ninguno de los candidatos donde expliquen su visión de los problemas de la  Argentina que  viene y cómo resolverlos. Esto es grave; además: ¿algún candidato escribió algún libro con el desarrollo de su pensamiento? Respuesta: NO.

Pasemos al acto por las fiestas mayas. Actriz central la Presidenta de la Nación; homenajeado principal Néstor Kirchner; co homenajeado principal: la presidenta de la Nación; fondo del mensaje: seguiremos haciendo lo nuestro por muchos años más y nos ocuparemos de que si otro gana en las urnas- cosa que está por verse- continúe con nuestras obras con nuestra atenta vigilancia lo que nosotros hicimos y estamos haciendo.  Mensaje principal y final de Cristina:   “mi único heredero es el pueblo” (no dicho explícitamente).

La Presidenta cometió algunos errores fenomenales y, no obstante, fue aplaudida por el coro: asumió que Rosas pudo ser un Tirano; pero que lo importante fue habernos defendido en la vuelta de Obligado; moraleja si el tirano es nacionalista es bueno. La Presidenta dijo que YPF nunca debió haber sido desnacionalizada; omitió decir que no constan objeciones ni de ella -Senadora y diputada de la Nación- en esos años; ni del gobierno provincial encabezado por su esposo. Finalmente me pareció poco serio afirmar que aquellos que no estén de acuerdo con que el nuevo centro cultural inaugurado en esos días se llame “Centro Cultural Kirchner”, construyan otro más grande y le pongan el nombre que quieran. No es necesario construir un nuevo centro: alcanzaría solo con una ley que cambie el nombre objetado por uno mejor. ¿Deficiencia en el razonamiento presidencial?  Puede ser; pero la ocurrencia fue muy aplaudida en la plaza. Conclusión: mensaje equivocado y aplauso equivocado.

Finalmente, me quiero referir a la desintegración, al parecer acelerada, del Frente Renovador.  Los mismos que le dieron cuerpo a la victoria de Sergio Massa en 2013, ahora se vuelven a donde salieron. El más patético fue Raúl Othaehcé- el intendente infinitamente reelegido de Merlo- “me vuelvo con Cristina al FPV para que gane Scioli” dijo. Esto viene a confirmar algo muy grave, que trasciende a Sergio Massa: El Frente Renovador no es un Partido Político; se parece más a un amasijo. No hay buen destino político para ningún país sin partidos políticos orgánicos democráticamente constituidos, con afiliados responsables y con mecanismos estatutarios e  institucionales que diriman conflictos internos.

Dejo para el final una constatación peligrosa. Rosendo Fraga no se cansa de repetirlo. Las experiencias electorales  prueban que las elecciones las ganan en la mayoría de los casos los que gobiernan. El hándicap que tienen los que ya gobiernan sobre los demás competidores es impresionante. Ello es así porque no hay una ética, una doctrina o una jurisprudencia que obligue a los gobernantes a ser prudente en el uso de los fondos públicos para propaganda política. Seamos claros: este es el principal problema a resolver si lo que queremos evitar es eternizar los aparatos; la corrupción sistémica de raíz política,  perpetuación de las burocracias parásitas y la financiación  espuria de la política.

Raúl Alfonsín inauguró en 1983 una Democracia y reemplazó a un régimen militar genocida; que había perdido una guerra; que nos transfirió una inflación galopante de 2 dígitos mensuales; una deuda impagable; y un militarismo todavía vivo. Sin embargo teníamos partidos políticos más robustos que las dictaduras de los 60 y los 70 no habían logrado romper (UCR; PJ y el PS entre otros) y no había reelección en ningún puesto. Quizás tengamos que poner foco en esta cuestión no a la reelección en cargos ejecutivos.

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Publicado en: Opinión, País Energético
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